Por Luz García
*Con este paso, la Cdmx logrará fortalecer una verdadera economía circular para reciclar 14 mil toneladas de residuos de la construcción y demolición que se generan diariamente en la capital del país, dijo
Coneme / El vicepresidente de la Comisión de Preservación del Medio Ambiente, Cambio Climático y Protección Ecológica, Jesús Sesma Suárez, destacó que ayer en la noche el Gobierno capitalino publicó las reformas a la Ley de Residuos Sólidos, con lo cual, la Cdmx implementará el reciclaje de los residuos de la construcción y demolición (RCD) es decir, de los ladrillos, tejas, cerámica, artículos sanitarios, mezclas de hormigón y restos de yeso que genere la industria de la construcción y demolición .
Sesma Suárez, abundó que con esta Ley, la capital del país le dará un manejo integral y sustentable a las 14 mil toneladas de RCD, por lo que al reciclarlos se podrán fabricar arenas, gravas, bioblocks, adoquines, geoceldas y postes de luminarias, entre otros, y evitar que terminen en tiraderos clandestinos o contaminando barrancas; reciclando estos residuos se contribuye en la lucha contra el cambio climático, mejorando el medio ambiente y cuidando los recursos naturales.
«La extracción de materiales para la construcción genera un importante impacto ambiental, pues según un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de 2019, la demanda mundial de arena y grava, que asciende a unos 50 mil millones de toneladas cada año, es un gran contaminante y provoca inundaciones, en unos casos, o el agotamiento de los acuíferos en otros, y hasta contribuye a empeorar las sequías», afirmó el ambientalista.
Explicó que dicho informe apunta que con la extracción inmoderada de arena y grava también se afecta a la biodiversidad y los ecosistemas se vuelven más vulnerables ya que existe una tendencia creciente de extracción no sustentable e ilegal en los ecosistemas marinos, costeros y de agua dulce.
«Esta Ley traerá grandes beneficios para todos: los generadores de residuos, los productores de materiales, los consumidores finales y, en general, a toda la sociedad capitalina, contribuyendo en la lucha contra el cambio climático, mejorando el medio ambiente, cuidando los recursos naturales, generando economía para miles de personas y otorgando mejores precios y condiciones para la industria de la construcción», finalizó.