Por Roxana Hebe Hernández
*José Briceño Ruiz, Brigitte Weiffen y Andrea Ribeiro Hoffmann disertaron sobre el papel de los organismos internacionales, la actuación de la extrema derecha y de la izquierda en el poder
Coneme / Entre las amenazas que enfrentan actualmente las naciones de América Latina están la llegada de la extrema derecha al poder y el uso de las leyes en detrimento de la democracia, lo que lleva de manera paulatina a gobiernos autocráticos, así como al estancamiento de los organismos internacionales, coincidieron especialistas reunidos por el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM.
En la actualidad, luego del giro hacia la política de izquierda que han seguido varias naciones latinoamericanas, se observa que los nuevos gobiernos no siempre respetan las reglas del juego. Países como Perú, Brasil, Venezuela y Nicaragua enfrentan graves problemas, mientras las instituciones regionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) o el Mercosur no han respondido a esas crisis, comentó José Briceño Ruiz, investigador del CIALC.
Durante el encuentro “Crisis democráticas en América Latina y el papel de las instituciones regionales”, Brigitte Weiffen, de la Universidad Abierta Milton Keynes; y Andrea Ribeiro Hoffmann, de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-Rio), explicaron que uno de los mayores problemas es identificar quién desafía la democracia, pues cuando la amenaza viene del exterior (extranjeros u organizaciones civiles) es menos complicado ubicarla.
Sin embargo, cuando el problema proviene del interior es posible ver cómo en los países se enfrenta la represión estatal, el fraude electoral, violaciones a los derechos humanos, conflictos entre los poderes (Legislativo, Ejecutivo o Judicial) hasta llegar a cambios en la Constitución, como ocurrió en el caso de Venezuela, donde es muy difícil acotar el momento en que esa nación pasó de una democracia a una autocracia.
Weiffen recordó que organismos como la OEA piden a sus afiliados una adherencia formal a las normas democráticas, pero si los miembros violan las reglas después de integrarse, la organización debería hacer algo para impedir o frenar el proceso de autocratización.
“Se puede ver que prácticamente en todas las regiones del mundo se produce un retroceso democrático, que comenzó en la segunda mitad de la década de 2010 e incluye también a América Latina, lo que pone un escenario bastante complejo si se piensa en la democracia y cómo defenderla”, expresó.
Conforme ha pasado el tiempo, añadió la experta en Relaciones Internacionales, se han generado debates sobre las diferentes formas de democracia, donde cada actor político afirma defenderla contra un presidente o legisladores que querían cambiar la Constitución, y para organismos internacionales como la OEA es cada vez más difícil juzgar quién realmente viola las normas y quién defiende la democracia.
“Hay cada vez más incertidumbre en eso. Si existe una violación de normas es realmente peligroso para la democracia como un todo en el sistema político. Por ejemplo, la introducción de nuevos mecanismos de democracia participativa se ha cuestionado mucho, pues no se sabe si es una innovación o una amenaza”, ejemplificó.
A su vez, Ribeiro Hoffmann expuso que una amenaza más a la democracia viene de la mano de la extrema derecha en el mundo, corriente política a la cual se le suele relacionar con el neopatriotismo o neofascismo.
Faltan mecanismos conceptuales para aclarar a qué se refiere este concepto en AL, pues hay una gran diferencia entre lo que pasó con Jair Bolsonaro y con las derechas normales y tradicionales, pues al inicio se pensaba que su objetivo era seguir las reglas democráticas, pero no fue así, abundó.
“El desafío que tenemos ahora es incentivar a las organizaciones para tomar en serio la amenaza de la extrema derecha en AL, porque el fin de Bolsonaro no fue el fin de esta amenaza, para que no haya semejantes en los otros países. Es difícil lidiar con esto una vez que han llegado”, aseveró la investigadora.