Por Mar García
*La diputada Evangelina Moreno Guerra solicitó a la Secretaría de Salud considere a este trastorno como una discapacidad psicosocial, con el fin de considerar aplicables a las personas con TEA todas las normas, ajustes razonables y acciones afirmativas en materia de discapacidad, contenidas en tratados y leyes en la materia
Coneme / La diputada del Grupo Parlamentario de Morena, Evangelina Moreno Guerra, presentó un exhorto a la Secretaría de Salud del Gobierno Federal, a los 31 gobiernos estatales y al Gobierno de la Ciudad de México, para que diseñen e implementen políticas públicas más incluyentes para las personas que padecen el Trastorno del Espectro Autista (TEA).
La legisladora de Baja California también conminó a la Secretaría de Salud a reconocer al Trastorno del Espectro Autista como una discapacidad psicosocial, con el fin de considerar aplicables a esta condición todas las normas, ajustes razonables y acciones afirmativas en materia de discapacidad contenidas en tratados y leyes aplicables.
En su exposición de motivos, Moreno Guerra explicó que los especialistas refieren que el TEA es una alteración del neurodesarrollo “de origen neurobiológico iniciado en la infancia, que afecta el desarrollo de la comunicación social y la conducta, con la presencia de comportamientos e intereses repetitivos y restringidos. Presenta una evolución crónica, con diferentes grados de afectación, adaptación funcional y funcionamiento en el área del lenguaje y desarrollo intelectual, según el caso y momento evolutivo”.
Comentó que las personas con TEA pueden presentar una condición caracterizada por diferentes grados de afectación. Actualmente, en el espectro autista destacan al menos cinco niveles como son: el Trastorno Autista, el Síndrome de Asperger, el Síndrome de Rett, el Trastorno de Desintegración Infantil y el Trastorno Generalizado del Desarrollo no Especificado.
La detección del TEA debe ser realizada por personas capacitadas, utilizando para ello pruebas cognitivas y de lenguaje. Entre los profesionales de la salud que pueden realizar el diagnóstico destacan los médicos neurólogos, psiquiatras o psicólogos con experiencia en el tema, añadió.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel mundial se cuenta con una incidencia de 1/100, sin embargo, aclaran que dichas cifras pueden variar en diversas regiones del mundo.
En ese sentido, indicó que las cifras que se manejan son en gran medida de naciones industrializadas, debido a que en países con limitada infraestructura faltan más investigaciones que documenten la incidencia del TEA entre sus poblaciones, es decir, la prevalencia del autismo en muchos países de ingresos bajos y medianos es hasta ahora desconocida.
La CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades), una de las instituciones de mayor prestigio en cuanto a datos y estadísticas, documenta que, en Estados Unidos, actualmente la cifra es de 1 caso de autismo por cada 68 nacimientos.
En México se reporta una prevalencia de 1 por cada 115 niños con TEA y a pesar de que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo IV reconoce que toda persona tiene derecho a la protección de la salud, aún existen grandes desafíos en materia de acciones implementadas desde el Estado para diagnosticar y garantizar una inclusión social eficiente a las personas con TEA.
De hecho, fue hasta el 30 de abril de 2015 que se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley General para la Atención y Protección a Personas con la Condición del Espectro Autista , la cual tiene por objeto “impulsar la plena integración e inclusión a la sociedad de las personas con la condición del espectro autista, mediante la protección de sus derechos y necesidades fundamentales que les son reconocidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en los tratados internacionales, sin perjuicio de los derechos tutelados por otras leyes u ordenamientos”.
Otra norma importante relacionada con el TEA –dijo- es la Ley General de Salud, la cual define en su artículo 173 a la discapacidad como “la o las deficiencias de carácter físico, mental, intelectual o sensorial, ya sea permanente o temporal que, por razón congénita o adquirida, presenta una persona, que al interactuar con las barreras que le impone el entorno social, pueda impedir su inclusión plena y efectiva, en igualdad de condiciones con los demás”.
Según lo referido, argumentó la diputada Moreno Guerra, la atención temprana es una obligación del Estado mexicano y es una forma eficaz de ayudar a los niños y adultos que padecen alguna necesidad física, cognitiva o social, con el objetivo de minimizar sus impactos y mejorar su condición de vida.
“Actualmente no hay una norma o política pública que expresamente reconozca al autismo como discapacidad psicosocial. Necesitamos, como sociedad, reconocer que el TEA debe ser atendido desde una visión más amplia y las instituciones del Estado deben atender el TEA desde una visión integral que permita dimensionar la importancia de abordarlo como una discapacidad psicosocial”, apuntó.
Es por ello que se vuelve necesario que la Secretaría de Salud del Gobierno Federal, así como los 31 gobiernos estatales y el Gobierno de la Ciudad de México, a través de políticas públicas, garanticen el derecho a una detección temprana, lo cual aumentará la visibilización y la concientización del fenómeno del TEA en la sociedad mexicana, logrando con esto una mayor inclusión social de las personas que padecen dicho trastorno.
Las personas que logran una detección temprana y tienen un tratamiento apropiado poseen una mayor estabilidad, una mejor calidad de vida y de convivencia, logrando desarrollar de una mejor manera sus capacidades, consideró la legisladora.