Por Elizabeth Vaca
*Explica cuáles han sido los principales obstáculos que enfrentan grupos excluidos hasta hoy del sistema financiero *Una de las conclusiones de Propuestas para impulsar la inclusión financiera a través de la tecnología es que esta inclusión digital podría incrementar el PIB nacional hasta en un 14% *En México menos de la mitad de los adultos tienen una cuenta bancaria
Coneme / Ciudad de México, 1 de diciembre 2022. La H. Cámara de Diputados inaugura la serie Cuadernos de Trabajo, la cual ofrece a través de investigaciones centradas en temas de la mayor importancia nacional, información que contribuye al análisis no sólo para los legisladores sino también para su deliberación entre la opinión pública.
El primer cuaderno es Propuestas para impulsar la inclusión financiera a través de la tecnología. Promovido en la LXV Legislatura, explica cuáles han sido los principales obstáculos que enfrentan grupos excluidos hasta hoy del sistema financiero, como son las mujeres, los jóvenes, el sector informal, los indígenas, las comunidades rurales o agrícolas, adultos mayores, pequeñas y medianas empresas (Pymes), que no tienen acceso a servicios financieros tan básicos como una cuenta de bancaria.
Esta investigación, realizada por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas con la coordinación de la Secretaría General de la Cámara de Diputados, sintetiza en sólo 30 páginas una problemática que persiste en el país: el desinterés del sistema financiero tradicional para incluir a grandes capas de la población y las experiencias que existen para solucionar esa situación.
Propuestas para impulsar la inclusión financiera a través de la tecnología analiza lo que podría hacerse de cara a lo que el gobierno federal planteó en su Política de Inclusión Financiera 2020- 2024 (PNIF), que busca reducir la brecha financiera de esos sectores y grupos vulnerables.
La inclusión financiera permite que la población acceda a servicios financieros diversificados, formales y adecuados a sus necesidades, lo cual impacta de manera directa en el desarrollo de las empresas, el bienestar de las personas y el crecimiento de los países.
En una revisión comparativa con economías semejantes a la nuestra, la investigación de la Cámara de Diputados desvela que mientras que en México menos de la mitad de los adultos tienen una cuenta bancaria, en Brasil suma el 72%; o que la cartera de crédito en México es de apenas 38% del PIB, cuando en Chile esa cartera es mayor al 100%, en Brasil alcanza el 70% y en Colombia el 50%.
Tales datos, señala este primer cuaderno, se explican por las pocas opciones de financiamiento y otros servicios que el sector bancario, estable pero muy concentrado en pocas manos, ofrece a numerosos grupos de personas y empresas, pues suele funcionar como un oligopolio que favorece, principalmente, a clientes varones con nómina fija, que cuentan con ingresos altos y propiedades.
Pero hoy, luego de las enseñanzas que dejó la pandemia, se comprueba que la tecnología –por medio del teléfono celular y el internet– puede ser usada para un bien común más extenso. Incluir a más personas es posible a través de la normativa delineada en lo que se conoce popularmente como ‘Ley Fintech’ (Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera), la cual puede perfeccionarse aún más.
Para las personas como para las Pymes urbanas y del sector agrícola, los proveedores de servicios financieros tecnológicos, los fintech –acrónimo de los anglicismos finance y technology– les significan mayores facilidades de pagos, proveeduría, facturación, seguros, créditos o financiamiento, adopción tecnológica e incluso levantamiento de capital.
Estos nuevos participantes pueden, gracias al uso de algoritmos, ciencia de datos e inteligencia artificial, evaluar el otorgamiento de crédito a gente sin historial crediticio, y facilitar opciones tecnológicas que permiten a los usuarios conocer de manera sencilla desde un estado de cuenta, fechas de corte hasta planes financieros más elaborados.
Plantea analizar las oportunidades de quitar fricciones al sistema, que la autoridad y las instituciones financieras, junto con los legisladores, propongan normas que detonen condiciones que incrementen la competencia y hagan que las opciones de los planes, las tasas de interés, condiciones de pago y nuevos productos crezcan, lo que a su vez impulse la innovación y modelos de negocio que permitan atender a mercados cada vez más masivos, a menor costo.
Una de las conclusiones de Propuestas para impulsar la inclusión financiera a través de la tecnología es que esta inclusión digital podría incrementar el PIB nacional hasta en un 14%.
Por tanto, es necesario que el gobierno la integre en sus planes de corto y mediano plazo y que el Legislativo tenga en cuenta lo importante de contar con un marco regulatorio que intensifique la competencia, con medidas para garantizar la integridad de los datos de los usuarios, que evite el lavado de dinero, exija una alta ciberseguridad en las plataformas y se abstenga de imponer barreras de entrada excesivas.
La digitalización de los servicios, el uso de algoritmos y datos pueden corregir fallas de mercado que impiden que la banca tradicional ofrezca apoyos a jóvenes o personas sin un alto perfil crediticio.