Por Emilio Durán

*En el último año, técnicos del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) han contenido el piojo harinoso de la vid, a través de muestreo y control biológico en viñedos afectados. *​La industria de Baja California prevé triplicar las plantaciones de vid en los próximos cinco años.

Coneme / Con el propósito de avanzar en el control y erradicación de las principales plagas y enfermedades de la vid en el Valle de Guadalupe, Baja California y, con ello, potenciar la productividad y competitividad del vino de la región, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y productores acordaron fortalecer la capacitación técnica e instalar una estación de cuarentena para material propagativo que entra a la entidad, para certificar la sanidad de nuevas plantaciones. En el marco de los trabajos del 43 Congreso Mundial de la Viña y el Vino que se desarrolla en Ensenada, representantes del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) y del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) señalaron que, gracias al trabajo coordinado con la industria, durante el último año se han reportado avances en el combate del piojo harinoso de la vid (PHV) en los viñedos de la región.

El director en jefe del Senasica, Francisco Javier Trujillo Arriaga, señaló que actualmente, la dependencia opera el Plan de Trabajo para el Manejo del PHV en Baja California, el cual consiste en muestrear 75 plantas aleatoriamente por cada 10 hectáreas y colocar trampas con feromonas para machos, lo cual permite la detección oportuna del insecto.

En los sitios donde se detecta la plaga, técnicos de sanidad vegetal y productores aplican diferentes técnicas fitosanitarias, entre ellas, medidas de control biológico, es decir, liberar enemigos naturales del insecto como el Cryptolaemus montrouzieri, la Chrysoperla carnea Stephens y la Anagyrus vladimiri Triapitsyn.

El funcionario federal aseguró que las medidas que se adoptaron hace más de un año han sido eficaces, ya que se ha logrado la contención del PHV, sin embargo, dijo, para erradicarlo es necesario sensibilizar a la totalidad de los productores para aplicar las acciones fitosanitarias en todo el Valle de Guadalupe y eliminar focos de infestación que pudieran afectar a viñedos libres de la plaga.

Trujillo Arriaga subrayó que al igual que en otros giros productivos, la participación activa de los agricultores es fundamental para mejorar las condiciones sanitarias, ya que son ellos quienes están en contacto permanente con sus cultivos y pueden detectar, notificar y controlar los primeros brotes.

Adelantó que una vez que el PHV esté en proceso de erradicación, el siguiente paso será implementar una estrategia para la enfermedad de Pierce, la cual tendrá como principal objetivo detectar a los insectos vectores del patógeno que la causa, comúnmente llamados chicharritas.

Precisó que en el estado no se ha reportado presencia del principal transmisor de la enfermedad, la chicharrita de alas cristalinas, sin embargo, es necesario fortalecer las tareas preventivas en las unidades de producción.

A nombre de los vitivinicultores,  Fernando Pérez Castro, de la Finca La Carrodilla, señaló que el próximo mes la industria organizará una reunión con la mayor parte de la representación vitivinícola del estado y la autoridad sanitaria nacional, para establecer las regulaciones que deberán seguir a corto, mediano y largo plazo.

Indicó que las acciones fitosanitarias permitirán brindar certeza a los socios comerciales, toda vez que se espera que, en los próximos cinco años, las superficies de plantación pasen de alrededor de dos mil hectáreas a casi seis mil en el Valle de Guadalupe.

En el evento se reportó que la producción nacional de vino en la última década se ha mantenido en torno a los 400 mil hectolitros, cifra que posiciona al país como el vigésimo tercer productor mundial.

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