Por Roxana Hebe Hernández
*Lucio Oliver, Georgette Ramírez Kuri y Tania Carranza Gaytán explicaron los escenarios posibles del proceso electoral que se realiza en Brasil, donde se elegirá, entre otros cargos, a quien encabezará la presidencia
Coneme / De ganar Luiz Inácio Lula da Silva la presidencia de Brasil en la primera vuelta, podría suceder en medio de una elección absolutamente cuestionada por las fuerzas fascista brasileñas y no aceptar su triunfo, incluso por los mismos militares; la situación es difícil, consideró el académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, Lucio Oliver.
En el encuentro académico Jueves de Debate Latinoamericano, Elecciones presidenciales en Brasil, organizado por esa entidad académica, apuntó: en esta nación se creó un movimiento irracional, no solo de masas, sino de élites absolutamente violentas, cuyo propósito es inviabilizar al gobierno que podría ganar Lula da Silva.
“Estamos ante una situación dramática de profundización de la crisis política. Ante ello es necesario realizar en Brasil una serie de reformas estructurales, un tema que no ha formado parte del debate de las elecciones de ese país, y que sería necesario para hacer conciencia de la crisis política que vive ese país y de las necesidades de la población”, refirió.
La académica de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Georgette Ramírez Kuri, apuntó que sería preferible que gane en la primera vuelta, eso le daría mayor legitimidad y contundencia al voto y evitaría mayor polarización de la sociedad brasileña. También sería una situación menos propicia para continuar con la guerra mediática, así como para no seguir abonando a la posverdad, “eso sería importante, por eso se está llamando, entre otras razones, al voto útil en Brasil para esta primera vuelta”.
El próximo gobierno, añadió, tendrá varios retos, sobre todo porque las fuerzas armadas se instalaron dentro de la estructura del Estado, constituyéndose en el cuarto poder. “Con Jair Bolsonaro se hizo evidente un militarismo desde la dictadura militar, además de que existen grandes intereses del gran capital trasnacional en los recursos energéticos y, sobre la propia población, están los poderes fácticos, los medios de comunicaron que tienen una gran concentración en Brasil, todo ello hace que sea complejo el gobierno de las izquierdas en ese país”.
De acuerdo con Ramírez Kuri están en juego la presidencia y los 27 estados de la federación brasileña que también tendrán elecciones, se renovará la cámara baja, un tercio del Senado y las asambleas legislativas de las entidades.
“El Poder Judicial no se elige por voto popular; sin embargo, en el país más grande de sudamérica ha tenido un papel preponderante en los últimos años, pues el Tribunal Superior de Justicia, a partir de un proceso de impeachment, destituyó a Dilma Rousseff, y en 2018 se emprendió una campaña mediática judicial para impedir que Lula fuera candidato a la presidencia”, expuso.
Lo cierto es que se trata de un proceso electoral, en el cual la población votará a partir de expectativas de dos proyectos políticos antagónicos y de su experiencia, porque los principales candidatos ya dirigieron la nación; así como de la apreciación de cómo vivió durante el gobierno de uno y otro, eso es lo peculiar en esta elección.
A su vez, la investigadora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Tania Carranza Gaytán, señaló que los gobiernos petistas de Lula da Silva y Dilma Rousseff tuvieron varios aciertos, pero también cometieron errores. En esta ocasión la posibilidad de que gane el primero, y con ello el pueblo brasileño, permitiría la corrección de esos errores.
Para la experta, de ganar Lula da Silva podría hablarse de una posible integración desde el punto de vista bolivariano, se modificaría la configuración latinoamericana y el contexto internacional, en el sentido de que Estados Unidos y el imperialismo, en general, han mantenido una estrategia de que el mundo sea unipolar y haya una sola hegemonía: la imperialista encabezada por ese país.
Sin embargo, la realidad es otra, el mundo es multipolar, hay regiones que en este momento comercian entre sí y, además, le han dicho adiós al dólar como moneda de cambio. Aquí se insertaría Brasil porque tendría un enfoque diferente en el contenido que se le pudiera dar a los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), como región comercial.
Recalcó la necesidad de una reforma a los medios de comunicación, algo que en ningún país de Latinoamérica ha ocurrido, pues a través de fake news influyen en las decisiones de los votantes.
Aunque la campaña de Lula tiene gran impacto, porque atiende los errores de su anterior mandato, son fundamentales las reformas agraria, de medios y política; se trata de sacar a la población de la pobreza y que los partidos generen trabajo político de base y formación de nuevos cuadros, “porque no puede ser que se tengan que atenerse a la figura de Lula, pues no hay más nadie que contienda”.
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