Por Elizabeth Vaca
Coneme / Muy buenos días tengan todas y todos.
Muchas gracias por esta invitación tanto a Iván Pliego como a Bernardo González.
Desde luego, me da mucho gusto saludar a la secretaria Luisa María Alcalde; al secretario Rodríguez Díaz de León en representación de la doctora Claudia Sheinbaum y, desde luego, a todos los representantes de las Afores, de las organizaciones sindicales; a Carlos Martínez Velázquez del INFONAVIT; a la diputada Ivonne Cisneros, que está aquí con nosotros, presidenta de la Comisión de Seguridad Social; a Oscar Rosado de CONDUSEF, al doctor Olivares, del Sindicato Nacional de Trabajadores del IMSS; Arturo Ávila, procurador fiscal que está aquí también con nosotros.
En fin, a todas y a todos.
Hubo una época que ante los problemas se decía: “ni los veo ni los oigo”, pero nosotros escuchamos lo que está pasando allá afuera y no podemos obviarlo, no podemos hacer oídos sordos y nuestra responsabilidad debe de ser justamente ¿por qué sigue existiendo una resistencia? O ¿por qué siguen existiendo sentimientos adversos frente al modelo de las Afores? Y creo que ahí están muchas de las respuestas de lo que tenemos que hacer, de los retos que cada uno de nosotros en nuestras diferentes responsabilidades tenemos en nuestras manos para corregir.
En 1997 cuando se creó la Reforma para el Sistema de Ahorro para el Retiro, se dijo que a estas alturas habrían bajado las comisiones cobradas al trabajador, se hubieran multiplicado los recursos y se asignaría una pensión mayor, y tenemos que reconocer que hasta el 2021 con una serie de políticas llevadas a cabo con el gobierno de presidente López Obrador cambiaron las reglas y cambiaron las cosas, pero que antes de eso, esas promesas no habían ocurrido de la manera como se había generado la expectativa entre los trabajadores.
Lo financieramente correcto debe de ser siempre compatible con lo socialmente justo y equitativo. La tasa real anual neta de comisiones que cobraron las Afores en sus primeros 10 años fue de 3.23 por ciento promedio anual, que venía comprometiendo el futuro del retiro de los trabajadores y generando sentimientos que no contribuyen hacia esta cultura del ahorro para el retiro, que estoy seguro todos sabemos que es nuestro gran desafío del futuro.
Simplemente, viendo la presión financiera en la que nos encontrábamos en 2018 ya no solamente hacía el sistema injusto, sino también lo hacía insostenible y esos desafíos se asumían considerando la transición demográfica que tiene nuestro país, el aumento del número de personas pensionadas y también las que ya no están en edad de laborar que siguió creciendo.
En 2019 ya se estimaba que permanecer en el anterior régimen pensionario hubiera provocado que solamente el 56 por ciento de los trabajadores afiliados hubiera tenido derecho a recibir una pensión. Y esto de acuerdo a la propia base de datos del Sistema de Ahorro para el Retiro.
Fue hace exactamente hace 2 años, un 22 de julio; en la conferencia mañanera el presidente López Obrador giró esta instrucción y este encargo, hacer todo lo que se requiriera para hacer justicia a los funcionarios y dijo que los trabajadores debían recibir lo justo en el momento de su jubilación.
Y ahí me parece que las acciones posteriores no solamente han sido justas, sino además correctas, pues sabemos que si hubiéramos seguido por ese mismo camino, sin reforma, se hubiera limitado el número de trabajadores que podían aspirar a una pensión y su ahorro resultaría cada vez más precario.
Y en aquel entonces la pregunta fue cuántos trabajadores recibirían lo justo y lo correcto y justamente lo necesario. Y la respuesta pues no era alentadora, porque el resultado era la minoría.
Desde el 2020 el gobierno de la Cuarta Transformación promovió una reforma a la Ley del Seguro Social, cuyo objetivo, como ustedes saben, fue recuperar la esencia del sistema pensionario a través del aumento de las contribuciones de los empleadores, un tope en las comisiones cobradas y el impulso de un esquema más flexible para la obtención de una pensión mínima garantizada, junto con la disminución de las semanas de cotización para obtener una pensión.
Y ahí están los primeros resultados en los últimos 2 años. El primero, en cuanto a la disminución en el umbral de las semanas de cotización para gozar de las prestaciones de los seguros de Cesantía en Edad Avanzada y Vejez, que hasta el 2031 será de 750 semanas.
Desde que se puso en marcha la reforma, en el IMSS se han emitido más de 526 mil resoluciones de pensiones, las cuales se tradujeron en más de 402 mil nuevos pensionados, 360 mil por la ley vigente hasta el 30 de junio de 1997 y casi 42 mil 321 por la ley reformada, y de ellos, 38 mil contaban con menos de mil 250 semanas, es decir, estos 39 mil trabajadores sin la reforma no habrían tenido acceso a la pensión; y dos, en cuanto a la reforma al artículo 170 de la Ley del Seguro Social que se modificó para determinar el monto de la Pensión Garantizada, ahora se consideran las semanas de cotización y el promedio del salario base de cotización que el trabajador obtuvo durante toda su vida, junto con la edad, para generar la fórmula.
Y gracias a ello, desde que se puso en marcha, 34 mil pensiones garantizadas con un importe superior a lo que se hubiera obtenido sin recibir reforma, sin haber tenido la reforma; son los resultados de estas acciones.
A estos beneficios se ha sumado lo alcanzado gracias a la sinergia y también al involucramiento de todos los que estamos aquí, que nos ha permitido avanzar en materia de reducción de comisiones y lograr para el ejercicio del 2022 un promedio en el sector del punto cinco, cuando en 2018 todavía estábamos en el uno por ciento.
Creo que esos retos tenemos que reconocerlos como los primeros resultados, pero también ponemos en el horizonte cuáles deben de ser algunas de las acciones que, justamente debemos de seguir promoviendo, entre otras justamente lo que se está haciendo aquí, acercar información, información real, información útil para los trabajadores.
Y en ese sentido nuestra invitación sigue siendo la de asumir esos retos de manera compartida y conjunta como una agenda para mejorar la gestión, los portafolios de las Siefores Generacionales que nos permita mejorar los rendimientos de las cuentas individuales de los trabajadores. Asumir el compromiso de agilizar los servicios de cada uno de los participantes del Sistema, que además hay un avance muy muy importante que aquí se puede ver.
Acompañar a los trabajadores a lo largo de su vida laborar con estrategias de difusión y asesoramiento apelando siempre a la justicia y a la dignidad.
Y fortalecer la cultura del ahorro voluntario y ofrecer alternativas y opciones atractivas para estas aportaciones.
Yo finalizo solamente haciendo un enorme reconocimiento a la CONSAR, a su presidente Ivaìn Pliego que le tocó subirse a esta embarcación en tiempos tormentosos, pero es ahí en donde se ven y se prueban los compromisos que uno hace a la hora de decir dedicarse al servicio público.
Iván, de verdad nuestro reconocimiento, y desde luego también, no sólo como director del IMSS, sino también como participante junto con David Razú de Afore XXI, nuestro compromiso irrenunciable a seguir en este, en este complejo equilibrio entre el rendimiento que persigue las Afores sí, pero con este principio superior de la justicia y la equidad.
Que estas acciones, estos eventos, estos encuentros nos sirvan para que nunca más en nuestro país el futuro sea un territorio incierto y trabajemos todos y todas por el porvenir de las familias y los trabajadores de México.
Muchísimas gracias, y muy buenos días.