Por Dany García
Coneme / En el marco de la labor permanente de divulgación de la historia, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (Inehrm), dedica una doble jornada para conocer, primero, en la conferencia: “El poder del bello sexo. Las mujeres y la guerra en el obispado de Michoacán”, y, a través de la segunda actividad, ir al siglo XX, con la presentación el libro Luis N. Morones, el líder sindical de la posrevolución y político activo por más de 40 años.
Esta jornada, que se llevará a cabo el viernes 29 de julio a las 16:00 y 18:00 horas, respectivamente, forma parte del programa Contigo en la distancia y la campaña #VolverAVerte, por lo que contará con transmisión en vivo a través de la plataforma contigoenladistancia.cultura.
La conferencia “El poder del bello sexo. Las mujeres y la guerra en el obispado de Michoacán”, a cargo del doctorante por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Joaquín Espinosa Aguirre, será la segunda disertación presentada dentro del ciclo “Mexicanos al grito de guerra: El impacto social de la guerra en el México del siglo XIX”, del Seminario de Historia Militar y Naval, el cual se extenderá hasta febrero de 2023.
La plática de Espinosa Aguirre gira en torno al papel de las mujeres en la guerra de Independencia en el enorme territorio del obispado de Michoacán, el cual abarcaba las intendencias de Valladolid, Guanajuato y San Luis Potosí.
De la presencia de mujeres protagonistas en la Independencia en la región destacan María del Carmen Fernández Barrera Amat y Tortosa, y María Josefa de la Riva quienes participaron en la conspiración de Valladolid en 1809.
En 1810, la insurgenta Gertrudis Bocanegra motivó a su esposo e hijo a unirse a la insurgencia y, no obstante, a la pérdida de su familia continúo en la lucha hasta 1817, cuando fue condenada por sedición y negativa para delatar a sus cómplices, por lo cual fue ejecutada en la plaza de San Agustín, en Pátzcuaro, Michoacán, el 11 de octubre de aquel año.
Ese vasto territorio del obispado a fines del siglo XVIII y principios del XIX, se había convertido una autoridad regional muy poderosa y por ello es objeto de acercamiento de estudios particulares de la Independencia en esos territorios.
El obispado, entre 1810 y 1821, se convirtió en teatro de guerra, epicentro de la lucha armada y transitó por diferentes etapas, con la participación de distintos actores sociales, algunas veces con preeminencia del lado realista, otras del lado insurgente.
La segunda actividad de la doble jornada se ubica en el México posrevolucionario y será la presentación del libro: Luis N. Morones. Los orígenes de la simbiosis perversa, entre el maximato obrero y la política en México, del politólogo Sergio Miguel Cedillo Fernández, quien es especialista en Estudios Sociales y actualmente es rector de la Universidad de la Ciénega del estado de Michoacán de Ocampo.
Participarán en la presentación del libro, editado por la Universidad Autónoma Metropolitana plantel Iztapalapa, los periodistas Fernando del Collado y César Ruiz Galicia, y los historiadores Felipe Ávila Espinosa y Pedro Castro Martínez.
“Luis N. Morones fue uno de los políticos más destacados en México durante los años posteriores al conflicto revolucionario de 1910. Fundó y dirigió una de las primeras organizaciones sindicales de la historia mexicana, la Confederación Regional Obrera de México (CROM). Además, fue miembro del gabinete del presidente Plutarco Elías Calles (1924-1928). A lo largo de su trayectoria pública integró un archivo con documentos que contienen información relevante de la política mexicana del periodo comprendido entre 1910 y 1940”, señala el libro en su introdución.
Luis Napoleón Morones Negrete, su nombre completo, fue el fundador, en 1918, de la CROM y junto con otros dirigentes obreros fundó el Partido Laborista Mexicano (PLM) y el Grupo Acción, que lo acompañaron a la largo de su trayectoria sindical, burocrática y política.
Colaboró con los gobiernos Álvaro Obregón y de Plutarco Elías Calles, quien lo nombró secretario de Industria, Comercio y Trabajos; sin embargo, al reelegirse Obregón, en 1928, y ser asesinado, los seguidores del general lo culparon del magnicidio y pidieron su inmediata renuncia.
Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, Morones fue expulsado del país. Su exilio duró poco al habérsele concedido, de alguna manera, amnistía por el nuevo presidente Manuel Ávila Camacho.
Con el primer mandatario Miguel Alemán Valdés mantuvo buenas relaciones, pero sin nigún logro importante en la esfera pública. Abrazó en estos años la causa anticomunista.
Murió en 1964, “sin un ápice del poder que llegó a detentar durante el periodo posrevolucionario”.