Por Gabriela Arvizu
Coneme / “En la Ciudad de México tenemos más de 10 años utilizando el voto electrónico, lo que ha generado mayores índices de participación porque atiende a diferentes públicos que tradicionalmente no irían a votar a la casilla; atienden a las juventudes o a personas que se encuentran postradas en alguna situación o condición física”.
Lo anterior lo afirmó el consejero del Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM), Mauricio Huesca Rodríguez, durante el Seminario “Los Retos de la Democracia Electoral: Voto electrónico”, organizado de forma virtual por la Escuela Judicial Electoral del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
El consejero electoral aseguró que actualmente el IECM le apuesta a la promoción del voto electrónico para el ejercicio de la Consulta del Presupuesto Participativo 2022, ya que, dijo, la jornada consultiva se llevará de forma presencial el 1 de mayo.
“Desafortunadamente el 1 de mayo es un día inhábil, es un puente totalmente y estamos muy nerviosas y nerviosos en el Instituto Electoral, entonces, le estamos apostando a que aquellas personas que van a salir de puente, voten justamente de manera no presencial a través del voto remoto”, apuntó.
Explicó que son dos mecanismos en los que se tiene que invertir, ya que tienen públicos diferentes y dijo que, en un futuro, lo que se busca con el voto electrónico, es una democracia digital que lleve “a lo mejor no un 100%, pero sí un 70% o un 80% de la participación, a través de estos mecanismos de participación”.
Durante el seminario, el consejero habló de algunos beneficios del voto electrónico en relación con el impacto ambiental y explicó que, en el proceso electoral pasado en la Ciudad de México, el IECM desechó cerca de 27 toneladas de documentación, más el material electoral para dos elecciones de alcaldías y diputaciones locales.
“Fueron 27 toneladas utilizadas en una elección, para un padrón de 7.5 millones de personas habitantes en la Ciudad de México, que representa el 8% del padrón nacional; ahora imagínense las toneladas de documentación electoral que implica una jornada en las 32 entidades federativas, más la federal”, añadió.
También hizo un breve desglose de los ahorros en la Ciudad de México por el uso del voto electrónico en más 10 años. Dijo que se redujo de 27 millones de pesos en 2012, a 5 millones de pesos en 2017 y 2018.
En tanto, Beatriz Tovar Guerrero, consejera del Instituto Electoral del Estado Guanajuato, quien también fue ponente del Seminario de “Los Retos de la Democracia Electoral”, expuso que es necesario dotar de certeza a las elecciones y la tecnología.
“El voto electrónico debe garantizar certeza a la ciudadanía, a las candidaturas y los partidos políticos, sin perder secrecía; al contrario, con este sistema se pueden generar mayores estándares de seguridad y confidencialidad, al tiempo de contabilizar los votos de forma más confiable y eficaz”, aseguró.
Agregó que la disminución de costos en el sufragio no debe ser el objetivo principal. “Las autoridades electorales no estamos para disminuir los costos de las elecciones, estamos para garantizar la certeza y la confianza en la organización de un proceso que nos permita la gobernabilidad del país o cuando hay un cambio de posiciones políticas y si la tecnología favorece esta garantía, adelante con ello”, finalizó