Por Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Coneme / Llegó el momento en que los mexicanos debemos de mirar muy de frente a la verdad y a la justicia, con ojos desapasionados y alejados de todo tinte que la política pueda enturbiar: llegó el momento en que, requerido por las circunstancias México hoy aproveche la oportunidad de dar inicio a una indagatoria a fin de develar el misterio de la narco- política; tenemos el derecho y exigimos a la autoridad el deber de que ello sea examinado de manera imparcial, tomando en cuenta las razones de porqué en su momento no se quiso indagar, esas circunstancias serian sólo en beneficio de la justicia.
Como bien dijo, dice y sostiene la Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A.C., “la justicia del neoliberalismo resultó ser una parodia, una triste comedia, una burla de la justicia verdadera”. Conceptos como igualdad, justicia, constitución, soberanía, derechos humanos, patria, estado de derecho y democracia se tornaron tan absurdos, como las promesas incumplidas proferidas en campañas electorales.
La Constitución fue pisoteada y continúa siéndolo por el poder del narcotráfico, autoritario e inconstitucional derivado del neoliberalismo, época en la que se cometieron los mayores escándalos de corrupción e indignidad del Estado. Hoy es el momento de defender a México de los embates y felonías propiciados en el “salinato”. Además, de manera directa y con la ley en las mano, sin contar con los obstáculos de Siervos de la Nación corruptos e indignos que tan embarazosos resultan para la eficacia de la justicia.
Aquella época fue vergonzosa y lo continua siendo, en ésta Cuarta Transformación de la Nación. Supone, de manera objetiva un instrumento de marginación, acoso y expulsión de la justicia, fortaleciendo con ello las actividades corrompidas en el ámbito de la política, misma que busca refugiarse en un supuesto estado de derecho, protegido por causas de seguridad nacional, secretos de estado y muchas estupideces más. México se ve obligado a recurrir e investigar ese fenómeno de la narco-política, ese fenómeno de inequidad insufrible. Además nuestra Republica se siente alentada por los postulados de nuestra Constitución en éste campo: nuestra Carta Suprema reconoce a la justicia como pilar fundamental de nuestra soberanía nacional.
A México le llegó la hora de saber la verdad y esa verdad es única e inalterable: El narco-político más importante de la historia jurídica patria ha sido y es protegido por la antes Procuraduría General de la República y ahora por la Fiscalía General de la Nación.
La hora es ya.
Es cuanto.