Por Milo Montiel Romo
Coneme / Citigroup anunció que venderá la marca de Banamex, las carteras de consumo, empresariales, infraestructura, licencia de operaciones y piezas del fomento cultural “al mejor postor”, luego de dos décadas de operar bajo el nombre de Citibanamex en México.
Ante esto, el presidente Andrés Manuel López Obrador expuso su deseo de que el banco, propiedad del estadunidense Citigroup, “se mexicanice; no somos chovinistas, no estamos en contra de los extranjeros, pero las utilidades de los bancos extranjeros se van de México, no reinvierten en el país, y si son empresarios mexicanos (los propietarios) hay un poco más de garantía de que se reinviertan las utilidades».
El problema es que el capital no tiene nacionalidad. Según el marxismo clásico, el capital es un proceso socioeconómico que depende de una transformación política en la cual se genere una deprivación de los trabajadores de sus tierras y herramientas de producción, convirtiéndolos en trabajadores asalariados cuya mercancía sea la venta de fuerza de trabajo en función de la producción de mercancías.
Es decir, el capital compra la fuerza de trabajo a través del empleo para generar ganancias. No hay mucho que pensar. Salinas Pliego, Carlos Slim y los demás que son de los que hablan para mexicanizar a Banamex, no se han hecho de sus monstruosas fortunas apoyando los intereses nacionales, el salario, las necesidades de sus empleados, luchando para contrarrestar la desigualdad de uno de los países más desiguales del mundo, donde el 10% de los que más ganan se lleva 6 de cada 10 pesos.
Mientras las meseras de Sanborns ganan 5,186.10 pesos mensuales, es decir 172.87 pesos, mientras que el dueño de la cadena restaurantera, Carlos Slim, gana diariamente un aproximado de 20 millones de dólares, por lo que su sueldo mensual podría alcanzar los 600 millones de dólares. Cuál es la empatía de los capitalistas mexicanos para con el país, si sólo en 2020 Grupo Sanborns fue quien más despidos y retiros tuvo durante el año, con seis mil 434 personas.
Eso sin hablar los privilegios que ha recibido desde el Estado que le han permitido aumentar a lugares insospechados su inmensa fortuna. Es bueno recordar que fue Carlos Salinas de Gortari quien le ofreció en bandeja de plata comprar Telmex por debajo de su valor real. El señor Slim pagó solo 442.8 millones de dólares para controlar Telmex, una empresa cuyo valor oficial estaba calculado en casi 8,000 millones de dólares y que en los siguientes cuatro años obtuvo utilidades por más de 31 billones de pesos.
Por su parte, Ricardo Salinas Pliego, con una fortuna de 12,520 millones de dólares, debe al SAT un monto que podría superar los 40,000 millones de pesos, En febrero del 2021, la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA) determinó que Grupo Elektra debe pagar 4,916 millones de pesos por Impuesto Sobre la Renta (ISR), cantidad que no fue pagada en el ejercicio fiscal de 2011, la compañía del segundo hombre más rico de México realizó operaciones contables irregulares durante la desaparición de Mexicana de Aviación.
Es Elektra, la encargada de saquear jodidos. La cadena comercial controlada por el empresario es la más popular entre la población de menores ingresos en México y junto con Banco Azteca tiene como clientes potenciales a los más de 50 millones de pobres que ha generado el gobierno
El empresario que tiene endeudado a millones de mexicanos con la mentira de abonos chiquitos para pagar poquito ha fincado su fortuna en el control mediático de la verdad (habrá que recordar la forma gangsteril -con pistoleros y todo- de apropiarse de Canal 40) y en el acaparamiento del poco dinero de la clase trabajadora a partir de cobros obscenos por el crédito de electrodomésticos y por las comisiones altísimas por el envío de dinero en efectivo dentro y fuera del país.
El empresario que se negó a acatar las medidas impuestas a las empresas no esenciales para combatir el Covid-19 y que, con salarios bajos y malas condiciones laborales ha invadido cada rincón de México levanta la mano para comprar Banamex.
Ha sido artífice de las vergonzosas Telebancadas en el Congreso de la Unión, a su hija, Ninfa Salinas, como diputada y senadora para hacer punta para hacer uso de las bondades del sistema para fortalecer sus posiciones económicas y de influencia; además el consorcio de Salinas tiene ya seis mineras en las costas chiapanecas, las cuales han sido acusadas por “el indiscriminado e ilegal saqueo” de los minerales de Chiapas.
En realidad, poco importa quien lo tenga, mexicanos o extranjeros, todo el capital (y sus dueños) no piensan nunca en comunidad, la naturaleza del capital lo niega, el capitalista es un acaparador, por ende, es solitario. Recuerde a Golum del Señor de los Anillos.
Ellos seguirán buscando la mayor ganancia con la menor inversión, es decir, ganar con menores sueldos, con menos las prestaciones posibles, así lo han hecho siempre y no van a cambiar. Son capitalistas mexicanos explotando a trabajadores mexicanos.
¿Qué ganamos con estos empresarios mexicanos al frente de Banamex?
Nada. Quien gane de ellos, nosotros perdemos, en el menor de los casos, quedamos como siempre. Con pagos chiquitos para pagar poquito.