Por Laura Brugés

  • Deben garantizar un trato digno a mexicanos en el exterior, sin importar su condición migratoria, señala la senadora Susana Harp

Coneme / Con el propósito de salvaguardar los derechos y garantizar las prerrogativas de las y los mexicanos que residen en el exterior, la senadora Susana Harp Iturribarría impulsa una reforma a la Ley del Servicio Exterior Mexicano, a fin de evaluar el desempeño que tiene el personal que labora en los consulados en el trato digno que brinda a los connacionales.

La legisladora del Grupo Parlamentario de Morena dijo que la legislación que regula las características y requisitos que deben presentar quienes se integran al Servicio Exterior Mexicano, no incluye aún la parte relativa al desempeño en el trato que tienen con las personas a quienes prestan sus servicios.

Indicó que la integración del cuerpo diplomático es un asunto de primer orden en la configuración de la política exterior de nuestro país, pues llevan la voz de los intereses de México al extranjero y su labor tiene que ser una garantía para el respeto de los derechos humanos de los mexicanos en el exterior, sin importar su condición migratoria.

Todo migrante tiene la prerrogativa de que sean respetados sus derechos humanos, sin importar su condición o estatus, pues se trata de un principio universal válido para todos en cualquier territorio o nación, aseguró la senadora.

En la iniciativa, que se analizará en las comisiones unidas de Relaciones Exteriores y de Estudios Legislativos, Segunda, la legisladora expresó que es fundamental, por el prestigio reconocido del Sistema Exterior Mexicano, fortalecer los elementos sobre el trato digno para los connacionales. 

Refirió que, en 2020, los consulados de nuestro país en Estados Unidos atendieron 23 mil 117 casos de protección y asistencia consular, entre los que ocuparon los primeros lugares las actividades relacionadas con apoyo económico a mexicanos en situación de indigencia, recuperación de pertenencias y traslado de restos.

Harp Iturribarría destacó que la aportación anual de los migrantes mexicanos y de la población de origen mexicano al Producto Interno Bruto anual de la Unión Americana es de entre un ocho y un 10 por ciento, además de haber constituido más de medio millón de empresas.

En el caso de México, precisó, la población migrante y la residente en Estados Unidos realiza una contribución significativa de los envíos de dinero a sus familias, lo que da un fuerte dinamismo a las economías locales.

Los servidores públicos, grupos y actores, sociales y privados, que colaboren en actividades diplomáticas, puntualizó, deben llevar a cabo su labor bajo los principios de respeto a los derechos humanos, igualdad de género, neutralidad política y lealtad al Estado mexicano.