Por Laura Bruges
-El senador destaca en un artículo, de tres entregas, que los desencuentros internos en cualquier movimiento pueden interrumpir o frustrar la transición política.
Coneme / La responsabilidad social de quienes integran el movimiento de transformación de nuestro país debe prevalecer sobre cualquier interés, pues se requiere profundizar los cambios institucionales, lograr la transición política y el cambio de régimen, asentó el senador Ricardo Monreal Ávila.
En la primera entrega de tres artículos sobre la “sucesión adelantada”, que publicó en redes sociales, el coordinador parlamentario de Morena enfatizó que el momento histórico que vive México “no puede interrumpirse ni frustrarse”, ya que aún se tiene que lograr un sistema político-electoral neutral y honesto.
“Recién cruzamos el umbral de los primeros tres años del nuevo gobierno, el objetivo principal de quienes respaldamos a la Cuarta Transformación debería ser profundizar los cambios institucionales, lograr la transición política y el cambio de régimen, así como conseguir que el sistema político-electoral sea neutral, honesto y esté en mejores condiciones de las que enfrentamos en 2018”.
Sin embargo, acotó el legislador, cada día que pasa, la evidencia de los desencuentros internos, lejos de disminuir, aumenta, y pareciera que la historia está por repetirse.
“Por eso, en este punto de nuestra historia sería valioso e ilustrativo repasar acontecimientos del pasado que nos inviten a reflexionar con toda serenidad, para poder precisar o imaginar lo que puede suceder si en el movimiento persisten comportamientos facciosos y autodestructivos”.
De este modo, dijo el senador, nos daremos cuenta de que la precipitación en la carrera por la sucesión presidencial ha provocado que comience una disputa política inesperada al interior del gobierno, sus aliados y Morena, el partido que llevó al presidente al poder en 2018.
Monreal Ávila recordó que la historia muestra que las grandes revoluciones, que en su mayoría han sido violentas, en el mejor de los casos se interrumpen y, en el peor, colapsan.
Ello, advirtió, porque quienes las llevaron a cabo fueron incapaces de sostener principios y renovar democráticamente las dirigencias de sus movimientos, sin desatender que, a causa de rencillas internas que bien pudieron dirimirse, generaron confrontaciones insalvables y colapso institucional en el proyecto.
En esta primera entrega, Ricardo Monreal analiza los principales acontecimientos de nuestro país, pero también de la Roma clásica, China, Francia y Rusia, que nos advierten sobre los peligros que este tipo de disputas representan al interior de un movimiento, especialmente cuando para dirimirlas están ausentes las condiciones de equidad y, sobre todo, de procesos democráticos.
Se trata, dijo, de reflexionar en torno a la “sucesión presidencial anticipada y la guerra temprana”, con el ánimo de contribuir a un debate ordenado y honesto, que nos permita actuar de manera congruente sobre lo que en México puede suceder.
“Si Hernán Cortés pudo avanzar con un puñado de hombres en el territorio dominado por Moctezuma, fue precisamente por la incapacidad del gobernante mexica para solucionar los conflictos internos existentes con otros grupos, como los tlaxcaltecas”.
“Hasta nuestros días, es ilustrativo cómo al interior de todos los movimientos que intentaron cambiar el curso del país hubo figuras al frente de grupos que impidieron la consumación de la transición política”, expresó.
Así sucedió en la Independencia, cuando el naciente México se fraccionó entre liberales y conservadores. También al perderse más de la mitad del territorio nacional, con la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo en 1848, entonces, por falta de unidad, la mayoría aceptó este atraco al corazón de la patria.
Lo mismo ocurrió en la guerra de Reforma, continuó Ricardo Monreal Ávila, cuando las luchas intestinas consumieron al país, alejándolo de la reconciliación y abriendo la llave al innecesario derramamiento de sangre.
Y de igual forma se repitió en la Revolución Mexicana, pues luego de lograrse que Porfirio Díaz abandonara el país y que Francisco I. Madero ascendiera al poder, se generaron desencuentros entre constitucionalistas y zapatistas, que terminaron con una campaña militar encabezada por Pablo González, en la que Emiliano Zapata fue asesinado a traición por Jesús Guajardo, ejemplificó el senador.