Por Miguel Ángel Casique Olivos
-Incorrecta la lectura que da AMLO a la Revolución Mexicana: Aquiles Córdova Morán.
-Urge la organización popular para impedir que se consume una autocracia.
Coneme / Ciudad de México.- México se encamina hacia una feroz e irracional autocracia, y la culpa de lo que pueda ocurrir tanto con la fidelidad como con el profesionalismo y la moral del Ejército no será culpa de él ni de sus Jefes, sino del presidente Andrés Manuel López Obrador, que los está empujando a la molicie, el dinero fácil y el poder civil, alertó el secretario general del Movimiento Antorchista Nacional, Aquiles Córdova Morán, tras reflexionar sobre el 111 aniversario de la Revolución Mexicana, por lo que urgió a la organización popular para impedir que se consume una autocracia al amparo de la corrupción de las fuerzas armadas.
Teniendo como eje el repaso histórico y las conclusiones del presidente López Obrador sobre el México que gobierna y el discurso del General Luis Crescencio Sandoval, Secretario de la Defensa Nacional quien llamó a apoyar a la 4T, el luchador social indicó que la visión del mandatario incurre en dos grandes debilidades, la falta de un método sistemático y uso arbitrario de conceptos y categorías socio-históricas, lo que vuelve triviales y poco consistentes sus conclusiones, pues para hacer un balance más o menos cierto de todo movimiento social, se deben conocer las verdaderas y más hondas causas económicas y sociales que lo impulsaron y las condiciones concretas de lugar y tiempo en que se produjo.
Señaló que es empobrecedor y superficial reducir los propósitos de la guerra de Independencia a la defensa de los pobres y de los esclavos y, sobre esa base, tratar de evaluar sus frutos. Ubicó como la causa común de la Independencia de todos los países de la América española, y de ahí su casi absoluta coincidencia en el tiempo en diversos países a parte de México, en el progreso del capital, por lo que no tuvo manera de resistirse, aunque también admitió que influyeron también factores locales y nacionales, como la intervención francesa en España y la discriminación y explotación de criollos, mestizos indios, castas y esclavos, en México y el resto de América.
Precisó que ni la Independencia, ni la Reforma, ni la Revolución Mexicana, son eventos aislados uno del otro, “sino un proceso único y continuo en el que cada etapa supera a la anterior por lo que ninguna hubiera existido ni sería explicable en ausencia de las anteriores”. El pendiente de todos estos movimientos sociales, dijo Córdova Morán, es que el pueblo, la gran masa de campesinos, trabajadores y obreros que aportaron la cuota fundamental de sangre para el triunfo, en ningún momento recogió el justo fruto de su esfuerzo. Por eso, de ninguna manera, “se puede hablar como de auténtica redención popular. Esto no ocurrió por error de nadie, sino que se trata de una ley histórica que ocurre en toda revolución no proletaria”.
Aseguró que tras la Revolución de 1910, el proceso de búsqueda y tanteo para el pueblo no quedó terminado. Llegó la hora del pueblo, la hora en que, por fin, actúe por su cuenta y riesgo, formule su propio programa de país, se organice y luche en beneficio suyo y de su descendencia, de ahí que sea falso que la Cuarta Transformación busque presentarse como ese este cambio definitivo que el pueblo necesita y espera; como heredera legítima y directa de las tres transformaciones anteriores, pues los hechos del presidente se limitan a repetir sus viejos clichés y afirmaciones triunfalistas sin ningún sustento real.
Cuestionó que el mandatario no puede presumir de no imposición cuando los diputados de Morena aprueban todo lo que les designa, hable de legalidad pero se persiga a sectores como los investigadores del CONACYT, que se hable de democracia cuando se cerca presupuestalmente al INE, que cuando afirma garantizar el derecho a disentir estén todos los intelectuales de oposición pueden atestiguarlo, hay transparencia plena y derecho a la información, a pesar, del decreto reciente sobre el blindaje de sus obras o que el gobierno no reprime al pueblo, pero los migrantes y los médicos de Oaxaca también son pueblo y son perseguidos, en una serie de mentiras audaces que buscan engañar al público y asegurarse su voto.
Córdova Morán señaló que el mandatario presumió también de su apoyo popular sin precedentes, pero al mismo tiempo reconoció, indirecta pero claramente, que su gobierno se apoya cada día más en las fuerzas armadas. Al citar a Eva Usi, del Deutsche Welle, dice: “El colapso del Estado, la incapacidad de gobiernos en México, Colombia, Brasil, Perú o Ecuador para controlar su territorio y para otorgar un mínimo de seguridad a sus ciudadanos, que no saben si en medio de un corredor de tráfico de drogas pueden salir o no a la calle, representa una pérdida del Estado de Derecho”. El diario alemán asegura que se convoca al ejército porque “es la institución que goza de mayor popularidad entre la población, porque son vistos como apartidistas, en un continente en el que los gobierno no pueden garantizar ni la alimentación”.
Precisó que los orígenes del el Ejercito mexicano se dieron al calor de la lucha anti huertista; fue producto de la fusión de la división del noroeste de Pablo González, la del norte de Francisco Villa, la del noroeste de Obregón y Calles y la del ejército del sur comandado por Emiliano Zapata, de ahí que es falso que surgiera para oponerse al golpe de Estado que surgió del asesinato de Francisco I Madero y del vicepresidente Pino Suarez, y saliera a defender la legalidad y la democracia, viene de abajo y tiene como origen e identidad el México profundo, como atribuye López Obrador.
Reiteró que los antorchistas no tendrían objeción con la destrucción del Estado neoliberal si de una verdadera revolución popular se tratara, pero en la 4T, el pueblo no se ve más que en los discursos del presidente y México se encamina hacia una feroz e irracional autocracia, del que será responsable el presidente López Obrador. Y la corrupción ya empieza a asomarse en sus filas, como muestra Carlos Loret de Mola en EL UNIVERSAL del 18 de noviembre. “Y si el problema está en el poder omnímodo de López Obrador, allí está también la solución: el pueblo debe tomar a la patria en sus manos y regresar a sus soldados a su sitio natural” finalizó.