Por Andrea Estévez
-Sobrevivió a un carcinoma lobulillar infiltrante en mama izquierda.
-La derechohabiente del Seguro Social reconoció que “la enfermedad te hace mejor persona”.
Coneme / “Vivir cada día y no esperar a mañana”, es el lema de Rosa María, sobreviviente de cáncer de mama tras recibir tratamiento multidisciplinario en la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) Hospital de Ginecoobstetricia No. 3, del Centro Médico Nacional La Raza del IMSS.
Rosa María es Técnica en Atención y Orientación al Derechohabiente (TAOD) del Seguro Social, en junio de 2018 detectó una protuberancia pequeñita, como un frijol, en el seno izquierdo. Durante una revisión rutinaria, acudió a su servicio médico y debido a los antecedentes de enfermedad en su familia, iniciaron los exámenes correspondientes en Ginecología de La Raza. En octubre del año 2018 recibió el resultado confirmatorio de cáncer de mama.
El abordaje y terapia fueron contundentes: retirar el seno izquierdo por tratarse de un carcinoma lobulillar infiltrante en etapa clínica uno, “opción muy difícil de aceptar, pues se trata de una amputación, es parte de la femineidad como mujer”. Luego de la cirugía, siguieron sesiones de quimioterapia, parte que considera la más complicada de todo el proceso, además de otros tratamientos de los que salió adelante gracias al apoyo y cuidado de médicos, equipo del Hospital de Ginecología y personal del Seguro Social para quienes tiene agradecimiento.
Recordó que estuvo a punto de claudicar en la quimioterapia, de decir ya no más, hasta aquí, “pero una vez que pasa, uno vuelve y vale la pena seguir a pesar de todo, vale la pena seguir aquí, que cada día vale la pena, empezar otra vez, de cero, sacar lo mejor que se pueda para seguir siendo mejores cada día”. Rosa María debe continuar por dos años en vigilancia y seguimiento farmacológico. “Uno no cree que es tan fuerte, hasta que lo tiene que ser”.
Expresó que está agradecida con su papá, su sostén, su familia y amistades que han estado en todo este proceso, ahora es otro ser humano, es un antes y un después. Por su parte, el doctor Luis Alberto Solís Castillo, especialista en Oncología adscrito al Servicio de Ginecología Oncológica de La Raza que trató a la paciente, expresó que ella está libre de enfermedad prácticamente, tiene tres años en vigilancia y ha estado estable.
El especialista refirió que casos exitosos de curación como éste son resultado de la vigilancia médica que se brinda en el IMSS durante cinco años a las pacientes oncológicas.
Precisó que la vigilancia a la paciente consiste en revisiones periódicas durante seis meses, donde se puede realizar en forma oportuna diagnóstico de una posible recurrencia, esto último, con exploración clínica y estudios de imagen a nivel de hígado y vías biliares, radiografías de tórax, y si hay indicio de enfermedad a distancia, que involucre otros órganos, se hacen estudios de tomografía, resonancia y gammagrama óseo, por mencionar algunos.
Solís Castillo refirió que además de la mastectomía izquierda, se hizo mastectomía reductora de riesgo de lado derecho, ya que Rosa María es portadora de mutación BRCA 1; también se hizo estadificación axilar con biopsia de ganglios centinela de lado izquierdo. Posteriormente se trató con hormonoterapia y en este año se realizó una salpingooforectomia reductora de riesgo, que consiste en extirpar ambos ovarios y ambas trompas de Falopio.