Por Crispín Barrera Ponce
Coneme / Por más de dieciséis horas de negociaciones con los grupos parlamentarios para destrabar el dictamen de la ley de revocación de mandato, el “humo blanco” salió pasada las dos de la madrugada cuando por mayoría de 101 votos a favor, 2 en contra y sin abstenciones, el pleno del Senado de la República aprobó el dictamen de la Ley, dejando atrás el fantasma de la judicialización que ponía en riesgo la viabilidad jurídica de la revocación.
Desde temprano ya estaba decantado: un acuerdo con todas las fracciones parlamentarias en el Senado de la República para sacar adelante la Ley Federal de Revocación de Mandato y, de nueva cuenta, Ricardo Monreal logró concitar un consenso parlamentario. El consenso parlamentario diluyó de una pincelada el diferendo entre revocación o ratificación de mandato, punto de disenso entre las fracciones partidistas que buscaba dinamitar el intento de Ricardo Monreal de consensuar la Ley Federal de Revocación de Mandato.
A casi dos años de haber sido publicado en el Diario Oficial de la Federación el decreto de reforma a diversas disposiciones de la Constitución Política en materia de Consulta Popular y Revocación de Mandato, hoy, el consenso permitió a las fuerzas parlamentarias aprobar un mecanismo de participación directa que empodera a los ciudadanos sobre una autoridad electa, es decir, que para este caso el presidente de la República podría ser destituido de su encargo por la pérdida de confianza a su gestión. La oposición apostaba a un ríspido debate, a la ausencia de consensos, a un jaloneo que llevara al Senado a la confrontación permanente y a dibujarse como la antesala de una crisis parlamentaria a lo largo de los trabajos de la 65 legislatura.
Pero no fue así. Previo al debate del dictamen de la revocación de mandato, los senadores también aprobaron por mayoría de votos la Ley Orgánica de la Armada de México, y por unanimidad, la Ley de Protección Animal, el consenso tendió el andamiaje para los acuerdos. Sin duda, esta votación significaba un buen presagio para la vida parlamentaria en la primera sesión del Senado, pero sobretodo, para el presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal, quien desde temprano advertía en sendas entrevistas radiofónicas que no sería un debate sencillo; sin embargo, logró conciliar las posiciones de todas las bancadas incluidas las de Morena y, entre todos, llegar a un solo planteamiento: brindar de herramientas a los ciudadanos a través de la participación directa. Fueron tres horas de debate y posicionamientos parlamentarios sobre el dictamen de revocación de mandato que fue aprobado por mayoría de votos. En esas tres horas de debate, de la aprobación de esta Ley, el consenso de los senadores le da un coscorrón al Instituto Nacional Electoral que quien legisla es el legislativo y que los lineamientos aprobados por esa instancia no están por encima de una ley, pero menos de los consensos.