Por Dany García
-Las figuras destacan por estar elaboradas con materiales rescatadas de los ríos o el mar y ornamentadas con iconografía zapoteca
Coneme / El alebrije es una de las expresiones artísticas mexicana hecha tradicionalmente con la técnica de la cartonería. Es una figura fantástica creada por Pedro Linares, la cual combina elementos de varios animales, ya sea reales o imaginarios, pintados de múltiples colores llamativos.
Con estas ideas, el artista oaxaqueño Gabriel Sosa Ortega empezó a desarrollar su propio estilo y es así como, a través de la talla tradicional de madera, elabora una versión de alebrijes “al estilo Tilcajete”, comenta orgulloso, ya que sus figuras destacan por estar elaboradas con maderas de copal y tropicales rescatadas de los ríos y el mar.
Miembro de una familia de artesanos de Tilcajete, Oaxaca, Gabriel Sosa inició su aprendizaje desde pequeño “con el mejor de los maestros, mi padre”; posteriormente, incursionó en las artes gráficas y plásticas, lo que lo ha llevado a experimentar con diferentes materiales, formas y colores, dejando un sello peculiar en sus creaciones, entre las que se destacan los alebrijes.
Gabriel comenta que también le gusta pintar a estos animales fantásticos sobre bases negras y, al momento de ir grabando, dejar al descubierto el tono natural de la madera “las imágenes plasmadas hablan de pequeñas historias que resumen que todos somos lo mismo bajo la piel; es la connotación que le doy a cada una de estas piezas en xilografía”.
El joven artesano también ha creado piezas con destellos de oro, técnica que aprende en el taller de restauración de la preparatoria católica Santa Cruz “me llamó mucho la atención el arte sacro y fue como aprendí técnicas de restauración; de ahí se me ocurrió emplear pequeños destellos de oro como parte de la ornamentación de los alebrijes, solo para darle un sentido diferente y un toque personal”.
En sus creaciones también se puede encontrar iconografía zapoteca, del calendario ritual o sagrado (Piye), del cual, dice, utiliza los íconos que representan la felicidad, el movimiento, el respeto “todos estos elementos los integro a las piezas de tal manera que se cuentan historias enfocadas a la cultura prehispánica vista desde nuestros tiempos, los tiempos modernos, por así decirlo”.
El proceso creativo que Gabriel Sosa emplea para cada pieza varía dependiendo del tamaño, “después del tallado, que va desde un día en piezas muy pequeñas, hasta una semana, quince días o un mes; en las más grandes, el proceso más largo es el secado que tarda cuatro, seis, doce o hasta 24 meses, esto es haciendo una pieza a conciencia y bien hecha, para que no se hinche o se parta”, explica.
En noviembre de 2015 el artista plástico desarrolló el proyecto Matlazihua Arte, un espacio dedicado al rescate del arte popular, así como para el arte contemporáneo “sentí la necesidad de crear un lugar donde puedan revivir nuestros artesanos, puedan crear, promocionarse y exponer sus obras de arte”. Así, en marzo de 2016, inaugura la galería homónima, resaltando la importancia del arte popular, sacando del contexto utilitario a la artesanía y combinándola con el arte contemporáneo dando como resultado una obra contemplativa, dice.
Actualmente Gabriel representa dentro de sus obras el folclor oaxaqueño mezclando el arte popular y contemporáneo. La experimentación de texturas y formas las conjunta dentro de un cuadro, dejando en cada pieza parte de la sabiduría de la cultura oaxaqueña. El artista radica en el estado de Oaxaca alternando entre su comunidad natal, San Martín Tilcajete, y la costa oaxaqueña desde donde prepara nuevas obras con madera tropical rescatada de los ríos y mar.