Por Elizabeth Vaca
-También capacitan en técnicas de amamantamiento, momento para ofertar la leche al bebé y cuidados durante la pandemia
-El trabajo de la enfermera genera apego mamá-hijo con el contacto piel a piel.
Coneme / El personal de Enfermería del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) es una pieza fundamental para enseñar y sensibilizar a la madre sobre la importancia de la lactancia materna, además de brindarles técnicas de amamantamiento y el momento adecuado para ofertar la leche al bebé. María Azucena Rivera Rodríguez, enfermera especialista en Medicina Familiar, adscrita a la Unidad de Medicina Familiar (UMF) No. 26 en la Ciudad de México, explicó que en esta capacitación se hace énfasis en los beneficios de esta práctica para la mamá y su hijo, y se ofrece desde el embarazo hasta el nacimiento.
Señaló que en el marco de la pandemia de COVID-19 se fomenta dar pecho al recién nacido con medidas preventivas: uso de cubrebocas, lavado de manos y sana distancia. En caso de que la mamá presente infección por COVID-19, se recomienda además evitar hablar o toser mientas está en contacto con el bebé. Resaltó que la lactancia materna puede continuar de manera complementaria con otros alimentos hasta los dos años de edad, y si la mamá o el bebé lo desean, ese tiempo se puede postergar. En las UMF, dijo, participa en un equipo multidisciplinario de Enfermería, trabajadores sociales, médicos familiares y nutriólogos que encaminan sus esfuerzos hacia una lactancia materna exitosa.
Por su parte, la enfermera especialista en Medicina de Familia, Natalia Hernández Yáñez, adscrita a la UMF No. 4 en la capital del país, subrayó que enfermeras y enfermeros orientan a la madre desde la etapa del embarazo, inicialmente para que tomen ácido fólico. Detalló que la capacitación resalta la importancia de la alimentación a pecho para el bebé, pues constituye la primera inmunidad que se le proporciona al recién nacido. “La capacitación a las madres también prevé la forma en que ellas se pueden extraer la leche materna, su conservación y la forma en que se debe proporcionar al bebé”, dijo. Destacó que la lactancia materna ayuda a las madres a bajar de peso, a reducir la hemorragia post-parto, además de prevenir cáncer de mama y cérvico uterino. En los niños y niñas, afirmó, “ayuda a prevenir diarreas, infecciones respiratorias, leucemia, sobre peso, obesidad y estreñimiento”.
La enfermera Érica García Ciprián, jefa de piso en el área de Cunero Patológico y Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, en el Hospital General de Zona 2-A Troncoso, explicó que cuando el bebé llega al servicio y la madre está lista para alimentarlo, previamente recibió clases teóricas y prácticas sobre las medidas de seguridad por el COVID-19 para poder ingresar. El trabajo de la enfermera, apuntó, es generar apego mamá-hijo con el contacto piel a piel, posteriormente se inicia con el proceso de la lactancia materna. Mediante este programa, conocido como “Mamá canguro”, las enfermeras entregan una bata a las madres, previo aseo, la orientan sobre la colocación correcta del cubrebocas, la importancia de no hablar y en caso de querer estornudar, que se avise previamente para retirar al niño. “Le proporcionamos a su bebé y ella lo apega piel con piel a su pecho. Entonces esto permite que el niño se tranquilice, que sienta ese apego”, dijo. Enfatizó que el reto de las enfermeras es sensibilizar a las pacientes en el cuidado de las niñas y niños, “realmente sensibilizamos y damos pie a la empatía para que la mamá cree ese vínculo con nosotros y comprenda que estamos cuidándola a ella y a su bebé”, subrayó.