Por Dany García

México participó en el estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre el impacto del cambio climático en las plagas de las plantas, el cual será una guía para proceder de manera más eficaz con el trabajo fitosanitario y avanzar en el objetivo de lograr la seguridad alimentaria, informó la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.

Detalló que el documento que presentó la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF) contiene recomendaciones para los 184 países miembros y es resultado de la cooperación entre la FAO y organizaciones regionales y nacionales de protección fitosanitaria, el cual fue realizado durante el Año Internacional de la Sanidad Vegetal 2020 (AISV).

En representación de México, dijo, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) contribuyó al debate internacional para construir el documento científico, dirigido a los responsables de elaborar políticas públicas en materia sanitaria.

Esta revisión científica representa uno de los más valiosos legados al mundo de la celebración del Año Internacional de la Sanidad Vegetal 2020, la cual fue extendida al primer semestre de 2021, resaltó la dependencia federal.

Indicó que evaluar y manejar el impacto del cambio climático sobre la sanidad vegetal y el comercio internacional de plantas y productos vegetales es uno de los temas de la agenda del desarrollo que se establecieron en el Marco Estratégico 2020-2030 de la CIPF.

El Estudio sobre el impacto del cambio climático en las plagas de las plantas: Un desafío mundial para prevenir y mitigar los riesgos de las plagas de las plantas en la agricultura, la silvicultura y los ecosistemas muestra que la globalización del mercado agroalimentario, aparejado con el incremento de temperatura de la tierra, ha propiciado el movimiento de plagas y su establecimiento en áreas donde no estaban presentes.

De acuerdo con la FAO, las plagas de especies vegetales causan pérdidas anuales globales de 220 billones de dólares, lo que impacta negativamente en la seguridad alimentaria, el comercio agrícola y en la población en situación más vulnerable, la cual es la más afectada por este fenómeno.

Por ello, la Convención trabaja para eliminar la dispersión de plagas que se mueven a través del comercio mediante normas internacionales sobre medidas fitosanitarias, que son elaboradas por la comunidad, a través de un proceso con participación multilateral.

Para avanzar en la implementación de las recomendaciones de esta revisión científica, la CIPF estableció un grupo de debate sobre las repercusiones del cambio climático en la sanidad vegetal.

Este equipo coordinará el desarrollo y apoyará la implementación del plan de acción para elevar la percepción sobre los impactos del cambio climático en la sanidad vegetal y estimular, a través de la promoción, el reconocimiento apropiado de los asuntos fitosanitarios en el debate internacional sobre cambio climático.

La revisión científica sobre el impacto del cambio climático en la sanidad vegetal contribuye a la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

La Convención Internacional de Protección Fitosanitaria es un tratado multilateral firmado en 1951 y forma parte de la FAO. Su órgano rector es la Comisión de Medidas Fitosanitarias (CMF), que presidió México de 2018 a 2021.