“La Verdad”, una cinta Francesa con Raíces Japonesas
Por Héctor Trejo S.
Coneme / Si hablamos de un largometraje que retrata la decadencia de una actriz o al menos los años finales de su carrera, puede parecer más allá de algo común, hasta un cliché, un argumento tan reiterado como ordinario, sin embargo, cuando le vamos descubriendo elementos como la tortuosa relación con su hija, retomada, luego de años de distanciamiento “artístico”, que además está contada en un ritmo intenso, pero sin perder detalle visual alguno, como una buena cinta de origen japonés lo exige, llegamos a la conclusión que «La verdad», dirigida por el maestro, Hirokazu Koreeda, es una gran opción entre los próximos estrenos en la cartelera nacional.
Si bien es cierto, el filme es una producción francesa, hablada en francés y con un tinte calculado y en momentos, hasta frío, las relaciones familiares, especialidad del ganador de la Palma de Oro en Cannes, Koreeda, queda de manifiesto cuando Fabienne Dangeville (Catherine Deneuve), decide retomar los lazos inamovibles con su hija Lumir (Juliette Binoche), comenzando con ello una situación sumamente complicada por el notorio distanciamiento emocional en el que han vivido durante muchos años. La relación se complica al considerar que Fabienne es una de las divas del cine francés, amada y admirada por los hombres, insoportable para muchos pero idolatrada por muchos más, aunque conflictuada por el deterioro de su relación madre-hija con Lumir. La hija, decide emprender un viaje a París al lado de Hank (Ethan Hawke) su marido, cuando las memorias de su madre se publican y el encuentro resulta en una explosión emocional de grandes dimensiones, situación que debe servir para sanar viejas heridas.
El duelo de dos estrellas de la actuación como Catherine Deneuve y Juliette Binoche, resulta fantástico y le imprime la fuerza esperada por Hirokazu Koreeda a su filme, que le aseguro, no le va a decepcionar en ningún momento, más allá de que tiene lapsos de ritmo contemplativo, que a muchos no les agrada. Se trata de una cinta muy recomendable, sobre todo, para los amantes del cine que retrata conflictos emocionales y que se enfoca en las carencias y desaciertos de los núcleos familiares, analizados desde perspectivas diferentes a las cotidianas. Habrá que puntualizar que la fotografía, como en todo el cine de Koreeda, juega un papel importantísimo, es una fotografía que se disfruta en demasía.