Por Alfredo Martínez de Aguilar
- La directriz “Si te sientes mal, quédate en casa” ha sido fuente de muchas confusiones y
equívocos, de muertes que pudieron evitarse: casi 80% de las personas que han muerto durante
la epidemia carecieron de la atención especializada requerida. - Los ex Secretarios de Salud del país estiman que el número de muertes quizá sea el doble o el
triple en la realidad, mientras que los infectados seguramente son muchísimos más en una razón
exponencial, incierta y dolorosa, lo que indignó al gobierno de la 4T.
El confinamiento obligatorio #QuédateEnCasa ordenado en la Jornada Nacional de Sana Distancia
no alcanzó su propósito de moderar y controlar la tasa de contagios. En consecuencia, fue un
rotundo fracasó no aceptado oficialmente.
La directriz “Si te sientes mal, quédate en casa” ha sido fuente de muchas confusiones y
equívocos, de muertes que pudieron evitarse: casi 80% de las personas que han muerto durante la
epidemia carecieron de la atención especializada requerida.
Diversos ex Secretarios de Salud estiman en un análisis que el número de muertes quizá sea el
doble o el triple en la realidad, mientras que los infectados seguramente son muchísimos más en
una razón exponencial, incierta y dolorosa.
De ahí que se considere que es indispensable contar con una base de datos que debe ser
construida por un comité científico, cuya primera tarea sea el ajuste estadístico y científico de las
verdaderas cifras de contagios y muertes.
Hasta el pasado mes de agosto de 2020, la pandemia del nuevo coronavirus SARS-CoV-2-COVID-19
ha cobrado la vida de más de 60 000 personas en México, de acuerdo con las propias discutibles
cifras oficiales.
Lo peor es que a más de 150 días que comenzó a causar estragos, la epidemia no ha sido
controlada y el escenario más probable es su prolongación bien entrado el próximo año 2021
diagnostican con sobrado expertise seis ex Secretarios de Salud federal.
Por tanto, el contrasentido más dramático de la gestión de la pandemia del COVID-19 es permitir
el regreso a una “nueva normalidad”, cuando más peligro existía, peligro revelado en los propios
datos oficiales.
Los expertos en salud pública del Consejo Consultivo Ciudadano Pensando en México no descartan
un nuevo periodo extraordinario de seis a ocho semanas para el genuino control de la epidemia, el
tiempo promedio que han necesitado otros países en ese objetivo.
Por el contrario, las medidas de apertura del primero de junio llegaron en un momento de alta
exposición comunitaria al virus, concluyen los ex secretarios de Salud de México, cuyo análisis y
recomendaciones urgentes ante la pandemia indignaron al Subsecretario Hugo López Gatell.
Salomón Chertorivski, José Ángel Córdova, Julio Frenk, Mercedes Juan, José Narro y Guillermo
Soberón observan que el periodo de mayor número de muertes ocurre ahora tras la apertura.
Y el problema persiste en su amenaza y gravedad, colocados ya como el tercer país del planeta por
su número de muertes señalan en el Análisis preliminar y recomendaciones urgentes del COVID-
19.
En La gestión de la pandemia en México precisan que México requiere: un cambio en la política,
escapar del escenario inercial para salvar miles de vidas. No es sólo que se pueda; es que se debe.
La salida de la crisis sanitaria no es espontánea ni será mágica, es cuestión de acciones coherentes,
discutidas y acordadas con toda seriedad y rigor, advierten los ex secretarios de Salud de México.
La extrema gravedad de la situación exige, antes que cualquier otra cosa, una postura respetuosa
frente al dolor de los demás. En México el control de la pandemia se juega también en el cambio
de política y en la disciplina social. La coordinación entre gobiernos y la comunicación masiva
adecuada.
Es necesario un cambio en la psicología colectiva para convivir con este nuevo riesgo vital. Es de
suma importancia desplegar una poderosa campaña de comunicación y formación sanitaria –la
más importante que se haya realizado en el país– para extender y naturalizar nuevos hábitos.
Especialmente, el uso generalizado y obligatorio de cubrebocas en lugares públicos y cerrados, la
higiene frecuente de manos y la distancia física. Y evitar en la medida de lo posible las tres “C”:
lugares cerrados, congestionados y encuentros cercanos.
Consideran que esta es una aspiración realista con sólidos fundamentos para realizar las nuevas
acciones, pues la epidemia seguirá entre nosotros causando parálisis, enfermedad y muerte
durante un tiempo indefinido.
Para nuestra desgracia la gestión de la pandemia es comparable a la ejecutada por naciones mal
calificadas como Estados Unidos o Brasil. Por ellos y por nosotros el epicentro mundial de la
pandemia está en América.
Evaluar, corregir y reorientar la gestión contra la pandemia ha sido una práctica impulsada desde
el interior de la OMS, pero también desde países como Inglaterra o España, los cuales han
conformado comisiones independientes con ese propósito.
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@efektoaguila