Por Mario Díaz

-Rojos y azules quieren despachar en el salón Oval en 2021
-Los estados “bisagra” serán clave en la elección
-Candidatos van por al menos 270 votos electorales
LOS candidatos demócratas JOE BIDEN y KAMALA HARRIS habrán de acelerar el ritmo del
convencimiento ciudadano para lograr su objetivo de relevar a los republicanos DONALD
TRUMP y MIKE PENCE, presidente y vicepresidente de los Estados Unidos de
Norteamérica.
Aun y cuando las encuestas parecen favorecer a BIDEN con una ventaja considerable, en
las semanas que faltan para el martes 3 de noviembre TRUMP podría dar un golpe de
timón y reorientar su estrategia para un segundo período de cuatro años al frente de esa
potencia mundial.
En esa fecha, los ciudadanos estadounidenses en edad de votar (alrededor de 218
millones) elegirán al presidente y vicepresidente del país, a 435 miembros de la Cámara de
Representantes, al terminar su período de dos años, y los senadores que ya cumplieron
los seis años en la Cámara Alta. Los portorriqueños, que también son ciudadanos
norteamericanos, solo podrán ejercer su voto si viven en cualquiera de los 50 estados que
componen la Unión Americana.
Cabe señalar que el sistema electoral consagrado en la Constitución de los Estados Unidos
establece que gana el candidato presidencial que haya obtenido el mayor número de
votos del Colegio Electoral y no necesariamente por la mayoritaria cantidad de sufragios
de los electores.
De acuerdo a su densidad poblacional y número de congresistas en la Cámara de
Representantes y en el Senado, a cada uno de los 50 estados de la Unión se le asigna una
cantidad de votos que en dan en su totalidad 538. En consecuencia, el candidato que
obtenga al menos 270 votos del Colegio Electoral gana la competencia eleccionaria, aún y
cuando no haya acaparado la mayor captación de sufragios ciudadanos.
En la elección presidencial de 2000, GEORGE W. BUSH derrotó políticamente a su
contrincante AL GORE al obtener 271 votos electorales, a pesar de que éste lo superó con
540 mil 520 votos ciudadanos.
En 2016, la demócrata HILLARY CLINTON perdió la batalla electoral contra el republicano
DONALD TRUMP a pesar de que lo superó con casi tres millones de sufragios en las urnas.

Sin embargo, en ambos casos, el sistema de colegio electoral definió la elección y no la
votación directa de los ciudadanos en las elecciones generales.
Los estados que cuentan con un mayor número de votos electorales y por lo tanto blanco
de atención de los candidatos son California, con 55; Texas, con 38; y Florida, con 29 votos
en el Colegio Electoral.
Quienes pretenden la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica saben
perfectamente que el número de votos que ganen es menos importante que dónde los
ganen.
A dos meses y medio de la elección presidencial, el equipo de campaña de DONALD
TRUMP habrá de trabajar a marchas forzadas para resarcir los daños ocasionados por el
coronavirus a su estrategia político-electoral.
En contraparte, impedido para llevar a cabo actos multitudinarios como con secuencia de
la pandemia, JOE BIDEN habrá de concentrar su acción proselitista en los estados llamados
“péndulo o bisagra” en donde se cocina la victoria o la derrota.
Los estados con esa característica no tienen un candidato definido por lo que son de suma
importancia para los aspirantes presidenciales y equipos de campaña que tratan de
obtener la llave de la Casa Blanca.
Una vez definidas las elecciones primarias en donde rojos (republicanos) y azules
(demócratas) eligieron a sus candidatos, solo resta esperar el primer martes de
noviembre, fecha en que se celebrarán las elecciones generales y se definirá el rumbo
político de los Estados Unidos de Norteamérica.
DESDE EL BALCÓN:
Como era de esperarse, la cancelación por tercera ocasión de la visita del presidente
ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR a Tamaulipas ha generado distintas lecturas.
La más socorrida, el supuesto o real desaire al gobernador FRANCISCO JAVIER GARCÍA
CABEZA DE VACA, pero, al mismo tiempo, el desdén a los damnificados por las lluvias
torrenciales del huracán Hana en la petrolera ciudad Reynosa.
HÉCTOR GARZA GONZÁLEZ y JOSÉ RAMÓN GÓMEZ LEAL, funcionarios tamaulipecos muy
cercanos a la 4T, no salieron bien librados luego de la repentina cancelación de la visita de
trabajo de AMLO.
LÓPEZ OBRADOR visitaría, además, Coahuila y Nuevo León en donde sería recibido por los
gobernadores MIGUEL RIQUELME y JAIME RODRÍGUEZ CALDERON, respectivamente.
Por sus constantes reclamos, justos o no, los tres mandatarios estatales son considerados
por el jefe del Ejecutivo Federal, como gobernadores “non gratos”.
Ni hablar.
Y hasta la próxima.

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