Por Rafael Martínez

Han pasado apenas cuatro años y el rostro del añejo Puerto Morelos ya es otro. Ha dejado de ser aquel patio trasero de Cancún, aquella zona de alto potencial tan descuidado, tan abandonado. Hoy aquel pueblo situado en medio de la carretera Cancún-Playa del Carmen cobra vida propia en lo social, político, económico y por supuesto, en lo turístico.

En estos momentos, en los que las posturas políticas se encuentran divididas, polarizadas y la opinión se basa sólo en dimes y diretes, en la discusión banal, resulta difícil lograr el convencimiento, la unión de ideas a favor de la actuación de un gobierno, sea este federal, estatal o municipal.

Llegar a esa comunión de ideas gubernamentales en un país como México, se antoja casi como una misión imposible. La descalificación y la injuria se proclaman vencedoras en discusiones estériles.

Sin embargo, cuando un gobierno es conformado en una zona donde por primera vez se cuenta con autonomía, con autoridad propia, en donde las decisiones y los recursos se deciden desde y para lo local, entonces la perspectiva de la opinión cambia, ya no es lo mismo, porque no hay comparativo. Y entonces los pobladores se convierten en testigos de la historia que ahí se vive, que ahí se escribe. Y el dictamen resulta favorable.

Así ha sido. Hace cuatro años se constituyó el primer gobierno electo de Puerto Morelos presidido por Laura Fernández Piña, una política con tablas, con ganas de trabajar, pero vista por algunos en aquel momento con cierto recelo, como fuereña.

Doble reconocimiento entonces merece ese golpe de trabajo, de consistencia, de empujar hacia adelante. Esta administración se ha ido ganando la confianza y el respeto de los locales a tal grado que le otorgaron la reelección en las urnas.

En Puerto Morelos se ha hecho mucho con tan poco presupuesto. Esa ha sido la clave, el resultado del esfuerzo. Y en eso no cabe objeción, aun cuando se sabe que siempre faltará mucho por hacer en esta localidad y en cualquier parte del mundo.

Así es, en cuatro años como municipio, se han destinado cerca de 330 millones de pesos en inversión para obra pública que le ha permitido abatir rezagos en servicios públicos e infraestructura urbana, en un hecho sin precedente para esta histórica comunidad.

Para la Presidenta Municipal la infraestructura urbana es un elemento esencial para elevar la calidad de vida de todos los portomorelenses.

“Nunca como en los últimos cuatro años se había invertido tanto para hacer justicia a todas las comunidades de nuestro municipio. Cada peso destinado a los proyectos ejecutados en este lapso ha cambiado el rostro de un lugar que por décadas permaneció en el olvido y acumulando rezagos.”, mencionó.

En lo que resta del año se está ejecutando un paquete de obras por un monto de 49 millones de pesos, en su gran mayoría con recursos propios que son resultado de la buena planeación financiera, que permitió, por un lado, hacer frente a la emergencia sanitaria a causa de la pandemia de Covid-19 y, por el otro, cumplir los compromisos en materia de infraestructura.

Y así como este gobierno se ha ocupado en la infraestructura urbana, desde crear pozos de absorción, banquetas, guarniciones, también ha credo los primeros consultorios médicos, la Policía, Bomberos y hasta ha logrado llevar a Puerto Morelos a los niveles más altos del turismo mundial, promoviéndolo con independencia, como destino propio, a fin de generar economía y empleo.

Este ha sido el andar de cuatro años intensos de un gobierno que no puede dar el menor margen a la continuidad, sino a la obligación de rehacer, modificar, crear para dar forma a un municipio que hoy ya tiene el reconocimiento y el respeto en la entidad, en el país y en el extranjero.

Tratar de dividir y de polarizar expresiones resulta necio ante el esfuerzo y el trabajo hecho y  bien recibido por la población.