Por María De Los Ángeles Nivón

Aunque Oaxaca aún no sale ni supera la crisis sanitaria y económica por el covid-19, la visita
del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador por tres días a la entidad, fue
positiva -en una parte- por las nuevas inversiones anunciadas y negativa -en otra-, porque
irremediablemente confundió a las y los oaxaqueños con el uso del cubrebocas.
Definitivamente no hay poder humano que lo convenza de que este importante instrumento
puede salvar vidas.

Y es más grave aún que sea el propio Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de
la Secretaría de Salud (SSA), Hugo López-Gatell Ramírez, quien lo asesore en el sentido de que
el tapabocas no es necesario, le permitió a AMLO no portarlo siempre y cuando mantuviera la
sana distancia en lugares públicos.

Incluso, López Obrador defendió que desde el principio de la pandemia ha tenido como guía
la recomendación de los médicos y con ello resaltó cómo es que no se ha disparado la crisis
sanitaria en México gracias al cumplimiento y responsabilidad de la gente frente a medidas
aplicadas que, a diferencia de otros países, no fueron autoritarias ni relacionadas a toques de
queda.

Definitivamente el Presidente AMLO tiene otros datos o no quiere ver la realidad de la crisis
sanitaria que hoy supera los 43,680 muertos y 390,516 casos positivos de coronavirus, que
lamentable.

Mientras los gobernadores y una gobernadora de las 32 entidades federativas han hecho
hincapié a sus gobernados en la utilización del cubrebocas, incluso la Organización Mundial de
la Salud lo recomendó como fundamental para evitar contagios, al jefe máximo de la Nación
mexicana, pues no le importa y aunque esté en riesgo su salud, simplemente no lo usa, salvo en
los aviones comerciales porque lo obligan.

Ese fue un punto negativo y hasta irresponsable diríamos por parte del Jefe del Ejecutivo
Federal, porque predica con el mal ejemplo hacia sus gobernados hoy que estamos en medio
de una terrible pandemia que parece no tener fin, la covid-19 no quiere darnos tregua, tan es
así que en los municipios de Juchitán y Tehuantepec, las autoridades municipales decretaron el
aplazamiento de una semana más de aislamiento a la población y sigue el cierre de comercios
no esenciales y de mercados.

El otro aspecto negativo que enmarcó la visita de Obrador a Oaxaca, fueron las múltiples
protestas, así lo recibieron desde su llegada al hotel en el que se hospedó en la capital
oaxaqueña, donde un grupo de comerciantes de la Central de Abastos, afectados por un voraz incendio perdieron cerca de 150 negocios, todo su patrimonio se redujo a cenizas, le solicitaron
el apoyo para la reconstrucción y reactivación económica.

Ahí echaron de cabeza al Gobernador Alejandro Murat Hinojosa al quejarse de que el
mandatario oaxaqueño no les ha dado respuesta a pesar de que les había prometido recursos
por 100 millones de pesos, hasta el momento se desconocen las razones por las que no ha
podido cumplir.

López Obrador designó al secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Román
Meyer Falcón como responsable para supervisar y desarrollar el proyecto para la construcción
de un mercado en la zona de la Central de Abasto, que permitirá reubicar a muchos de los
comerciantes ambulantes y reactivará la economía local.

En el segundo día de la gira presidencial, Román Meyer recorrió en coordinación con el titular
de SINFRA, Javier Lazcano Vargas y los comerciantes afectados la zona siniestrada de la
Central de Abasto, la plaza comercial más importante de Oaxaca, aunque aún no se habla del
monto de la inversión que se requerirá, recursos que por supuesto manejará la Sedatu.

OJO, a Meyer Falcón no lo pierdan de vista, porque es el funcionario federal designado por
AMLO para realizar varias obras importantes en el Estado, como también evaluar el proyecto
del rescate del Río Atoyac que atraviesa la ciudad de Oaxaca, en el que se pretende construir un
sketepark, como son espacios abiertos y deportivos.

Y de ahí vinieron protestas que tienen que ver con el tema de justicia como la masacre de los
15 indígenas ikoots en Huazatlan del Río, perteneciente a San Mateo del Mar, una parte de los
familiares de las víctimas protestaron en las afueras de la 28 Zona Militar donde se desarrollaba
la “mañanera”.

Así como habitantes de San Juan Bautista Guelache que exigen a diputados y funcionarios de
la Segego (Héctor Anuar Mafud Mafud), sacar las manos del conflicto electoral que lleva más
de 14 años y en donde les han impuesto administrador sin permitir que el pueblo elija
libremente a sus autoridades.

Después de este desagradable episodio que enmarcó en parte la gira presidencial, vino la
evaluación y supervisión de los avances que lleva la magna obra sexenal de López Obrador, el
Corredor Interoceánico que tiene un monto global aproximado, según lo expresado por el
Gobernador Alejandro Murat Hinojosa, de 8 mil millones de pesos de inversión.

Solo en los cinco tramos del Tren Interoceánico, López Obrador comprometió 3 mil 566
millones de pesos, la escollera 2 mil millones y el resto de los proyectos como el rompe olas, la
plancha y contenedores traen otros 2 mil millones, son casi 8 mil millones de pesos total de
inversión en el Corredor Interoceánico, según lo reportado por Murat Hinojosa.

La inauguración del muelle de contenedores y de usos múltiples del puerto de Salina Cruz
realizada por el Presidente de la República y el Gobernador de Oaxaca, permitirá mover las
mercancías de Salina Cruz a Coatzacoalcos, Veracruz, y se invirtieron 124 millones de pesos.
Para la rehabilitación de la vía férrea se invertirán 3 mil 133 millones de pesos; en la
modernización del Puerto de Salina Cruz serán 11 mil 251 millones de pesos; para la carretera
transístmica 3 mil 197.8 millones de pesos y para el Gasoducto Jáltipan-Salina Cruz son 12
millones 860 mil pesos.

En el tema de las autopistas, a la Costa e Istmo, que llevan más de 10 años abandonadas, las
que pasaron por las administraciones completas del priista Ulises Ruiz Ortiz y del gobierno de
la alternancia con Gabino Cué Monteagudo, jamás lograron concluirlas estos dos últimos
mandatarios oaxaqueños, hoy López Obrador asumió el compromiso en la tierra del
Benemérito de las Américas, Don Benito Juárez García, que ¡habemus autopistas!
¿Le hará justicia a Oaxaca?

Los recursos que se invierten para la conclusión de la autopista Barranca Larga-Ventanilla es
del orden de 6 mil 800 millones de pesos, la cual comprende una longitud de 104.2 kilómetros,
abarca 10 puentes, un viaducto, tres túneles y nueve entronques, se espera que una vez
concluida transiten en esta autopista más de 4 mil vehículos diarios.

La obra generará mil 800 empleos directos y 3 mil 500 indirectos, que benefician directamente
a la población aledaña a la autopista que son 11 comunidades con más de 100 mil habitantes de
siete municipios; se reducirá el recorrido de la capital oaxaqueña a la Costa de 6.5 horas a
menos de 2.5 horas, lo que tendrá un impacto en el turismo y en la inversión del estado.

Como pueden ver es una danza de millones la inversión comprometida por López Obrador a
Oaxaca, dinero que por supuesto será manejado directamente por el Gobierno Federal, lo que
nos parece correcto, pero también tienen que ser estrictamente vigilantes de que se apliquen,
porque el pueblo oaxaqueño está harto de promesas incumplidas y de la lacerante corrupción y
mal manejo de recursos.

Hoy más que nunca veremos de qué está hecho el Gobierno de AMLO, si efectivamente será
diferente a los priistas y panistas, o nos dará atole con el dedo.

Lo que más se desea es que Obrador cumpla con las obras comprometidas para la sufrida
Oaxaca, tiene tiempo para ello, le faltan cuatro años de administración y si se reelige serán
otros seis, por lo tanto, si cumple, el pueblo sabio sabrá reconocérselo.

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